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Golpes en la cabeza o traumas craneales en niños

Cuando los niños son pequeños y están constantemente corriendo o gateando para explorar su entorno, uno de los accidentes que con mayor frecuencia se producen son los golpes en la cabeza o traumas craneales. Una caída desde una altura, fuertes golpes en la cabeza provocado por un objeto pesado o cabezazos contra una arista pueden provocar lesiones en la cabeza.

Algo que los padres deben tener en cuenta es que cuando se habla de golpes en la cabeza también cuentan los golpes en las cara, y así, por ejemplo, los golpes fuertes en la frente, nariz o mandíbula, también pueden conducir a traumas craneales en los niños.

Por ello, cualquier lesión en esta zona del cuerpo, en un niño en el que aún se están desarrollando sus huesos y su sistema nervioso, se debe tener en consideración y vigilarse, no dejarlo pasar, ya que pueden dar lugar a una conmoción cerebral e incluso a una fractura de cráneo.

golpes en la cabeza

Imagen: Shutterstock

Signos y síntomas de alarma ante los golpes en la cabeza

  • El signo más preocupante es la pérdida de consciencia, en cuyo caso es indispensable acudir a un centro médico o urgencias para que sea evaluado por el personal sanitario.
  • Otro de los signos preocupantes es el sangrado y/o a la presencia de un líquido transparente (líquido cefalorraquídeo) por alguno de los orificios naturales (boca, nariz y oídos) que indica la presencia de una probable fractura de cráneo.
  • También se pueden ver afectados alguno de los nervios craneales dando síntomas variados como pueden ser la sordera repentina, el estrabismo ocular o la pérdida de equilibrio.
  • En el caso de que el golpe haya sido en la cara lo más habitual es que se puede producir una fractura del tabique nasal, que dará lugar a la hinchazón de la zona y la hemorragia nasal).
  • Si el golpe en la cabeza produce un traumatismo cráneo-encefálico, este ser reconocerá por la presencia de los siguientes síntomas:
    • Pérdida de conocimiento, con la musculatura de la cara flácida, rostro pálido y frío y respiración breve y rápida.
    • También pueden producirse vómitos, por lo que habrá que ponerle tumbado y de lado con la boca abierta (postura lateral de seguridad), para evitar el riesgo de aspiración de sus propios vómitos.
    • Se pueden producir también, si no hay pérdida de conocimiento, mareos, vértigos y dificultad de movimientos.
    • Puede darse somnolencia o que lleve mucho tiempo dormido después de horas.
    • Hay que tener en cuenta además que todos estos síntomas de una traumatismo cráneo-encefálico pueden aparecer un tiempo después de que se hayan producido los golpes en la cabeza, por lo que se recomienda la vigilancia del menor en las 24 horas siguientes al golpe.

Cómo deben actuar los padres en los casos de golpes en la cabeza

  • En caso de que no haya más síntomas que el propio llanto o la inflamación de la zona, bastará con poner frío en la zona para aliviar el dolor y la inflamación y vigilar al niño en las siguientes 24 horas al golpe. Si se produce algún síntoma de los descritos en este periodo, habrá que acudir a un centro médico.
  • En caso de que aparezca alguno de los síntomas descritos será necesario acudir a un centro médico con premura para que sea evaluado por personal sanitario. En dichos casos, nunca habrá que dar de beber ningún tipo de líquidos al menor ni tampoco comida, antes de ser evaluado, para evitar riesgos de aspiración por posibles vómitos.
  • Si ha sido una caída desde cierta altura o con riesgo de mayores traumatismos la que ha provocado los síntomas, lo más adecuado es llamar a los servicios de emergencia para que sean ellos los que lo trasladen, ante la posible existencia de traumatismos que puedan agravarse si lo trasladamos nosotros mismos sin saber cómo se lleva a cabo.
  • Tratar de tranquilizar al niño si se encuentra consciente, dándole el consuelo y el apoyo necesario para que colabore en la exploración, traslado, evaluación, etc.

Recordad que lo mejor ante golpes en la cabeza es siempre la prevención y tener «mil ojos» cuando están en edades de no parar, correr y explorar.

 

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