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Tu Psicólogo Responde: Semana 2

Tu Psicólogo Responde: Semana 2

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Tenemos una hija de 4 años y medio que se pasa buena parte del día mordiéndose las uñas, y aunque se lo hemos dicho por activa y por pasiva, en cuanto se despista ya está de nuevo. Mi marido también se las muerde, aunque lógicamente lo controla un poco más. ¿Nos puede dar alguna idea para corregir este hábito? Lucía R.

Hola Lucía, estás ante uno de los problemas más comunes que existen y también más difíciles de quitar, pero siguiendo una serie de indicaciones básicas se puede llegar a corregir. Vamos a ello:

-         Lo primero y más fundamental es predicar con el ejemplo, es decir, o tu marido deja de morderse las uñas, o evita hacerlo delante de vuestra hija. Yo intentaría, sin embargo, que los dos a la vez dejen de morderse de las uñas.

-         Hay que observar si el momento en el que lo hace obedece a algún momento de tensión por alguna causa concreta, con lo que el primer  problema a tratar sería esa causa, y no solo el hecho de morderse las uñas.

-         Recordarle lo antiestético que pueden ser las uñas mordidas, además del riesgo de padrastros, infecciones, etc.

-         No hay que dramatizar el asunto en sí, puede incluso ser una manera que tiene vuestra hija de llamaros la atención. No se debe regañar con brusquedad, reproches, ridiculizar o castigar.

-         Una estrategia que sí funciona es establecer una señal con vuestra hija, de forma que, cada vez que se muerda las uñas, aparezca la señal, por ejemplo, un silbido, un aplauso, etc., con el único fin de que sea consciente de ello y lo pare.

-         El refuerzo es fundamental. Si observáis que a medida que la señal establecida con ella, cumple su función y le hace consciente del hábito, debéis reforzarle cada vez que observéis que consigue aguantarse. Reforzarle verbalmente, aunque también podéis utilizar recompensas materiales, acordes al logro, que deberéis ir retirando a medida que lo vaya controlando.

-         Si después de estas medidas básicas no lo conseguís, o el tema incluso empeora, acudid a un profesional que os elabore un plan de atención más personalizado, en función de las características del problema y de vuestra hija.

Un saludo y que lo consigáis.

Buenas tardes, lo primero agradeceros la oportunidad de una sección donde los padres os podamos dejar nuestras dudas más cotidianas y en la que, de alguna forma, nos podáis escuchar y echar una mano. Nuestro caso es el siguiente, tenemos un hijo de 7 años diagnosticado de TDAH (trastorno con déficit de atención e hiperactividad), que ya está siendo llevado y tratado del mismo. Pero de aquí a un tiempo, se está volviendo cada vez más agresivo, tiene conductas violentas sin venir a cuento o ante situaciones en las que no debería reaccionar así. No sabemos cómo pararlo y creemos que tendremos que acudir al psicólogo que le lleva para que nos indique. ¿Nos podéis dar alguna orientación que nos ayude? Gracias. Juan Luis T.

Buenas tardes a ti también y gracias a vosotros por completar esta sección, que no existiría de no haber nadie que la consultara. Veamos: este trastorno, que ya conocéis por vuestra experiencia con vuestro hijo, tiene hoy en día una frecuencia bastante alta, se calcula que entre el 3 y el 11% de la población, dándose en mayor proporción en niños que en niñas. Son niños muy impulsivos e impacientes, además de tener poca capacidad de autocontrol, y esto, algunas veces, puede llevar a conductas agresivas u hostiles. El mejor tratamiento para ellos es la farmacoterapia conjuntamente con la terapia conductual. Y en vuestro caso, la terapia conductual, es fundamental para intentar controlar e inhibir esas conductas agresivas que comentáis. Mi recomendación es que sí, vayáis al especialista, para que establezca un plan de trabajo específico sobre vuestro hijo; no obstante os puedo dar una serie de indicaciones que vosotros mismos podéis llevar a la práctica, con el fin de controlar un poco más dichas conductas inadecuadas:

-         No os sintáis nunca la causa de los comportamientos inadecuados y hostiles de vuestro hijo, no tenéis la culpa. Vuestro hijo tiene un trastorno tratable y recuperable en un altísimo porcentaje, y el que os echéis la culpa no contribuye a su salud.

-         Es importante que mantengáis una buena coordinación entre todos los profesionales que contactan con vuestro hijo. Mantened informado de lo que le ocurre al profesor, al médico, a la familia, de esta forma todos podrán contribuir a ayudarle.

-         Intentad hacerles partícipes de las tareas de casa, dadles alguna pequeña responsabilidad para que sientan integrantes de la familia, no unos bichos raros.

-         Aceptar las limitaciones que el trastorno de vuestro hijo produce en su conducta, no se pueden corregir conductas agresivas de hoy para mañana, tened paciencia.

-         Puede ser conveniente que el niño “queme” el exceso de energía participando en actividades deportivas o de ejercicio físico que sepáis que le gustan, aunque tampoco hay que llegar a tenerle agotado todo el día.

-         Intentar mantener rutinas y horarios más o menos establecidos, las normas, aunque difíciles de cumplir para ellos, les pueden ser muy beneficiosas.

-         No castiguéis las conductas agresivas, a no ser que sea completamente inevitable por el peligro que puedan desentrañar. Es mejor que le quitéis refuerzos o recompensas cada vez que cometa una de ellas. Y siempre que se produzca, reforzar de inmediato aquellas conductas positivas del niño.

-         En ocasiones, en las grandes ciudades pueden existir asociaciones o grupos de autoayuda de padres con el mismo problema que el vuestro, investigad en los entes públicos o a través de la red, y acudid e informaros.

Espero que estas pautas os sirvan, y que con la ayuda del especialista consigáis remitir dichas conductas.

Soy una madre soltera con una hija de 13 años, que comienza a plantearse si no estará ya en edad de empezar con las relaciones sexuales. Siempre la he visto muy precoz en todo, y lleva ya un tiempo saliendo con chicos y chicas. Mi cuestión es, que no se cómo abordar el tema con ella, cómo hablarlo, cómo informarla o cómo plantearle al menos que estoy ahí por si tiene dudas. Me gustaría tener unas pautas de cómo poder hablar de sexo con mi hija y de cómo hacerlo de la mejor forma posible. Gracias. Mª Antonia J.

Lo que si está claro es que los adolescentes más informados, son aquellos que pueden enfrentarse al mundo de las relaciones sexuales de forma más responsable. Es necesario que los padres nos impliquemos en ello, y no dejemos que se informen por medio de amigos, publicidad, etc. No es un tema cómodo de tratar, pero debe hacerse, y no dejarlo pasar, porque deba encargarse el colegio o porque los chicos de hoy en día ya saben de todo. Aplaudo tu interés por el tema y te paso a dar unos consejos que pueden facilitar la labor:

-         Es importante comenzar a tratar estos temas cuanto antes. Los hijos lo verán como algo más natural y además entenderán que los padres están accesibles para tratar este tema y otros complicados que puedan ir surgiendo.

-         Hay que darle los datos y la información adaptada siempre a su edad y a lo que tu hija pueda ya conocer, pero de forma progresiva. En tu caso según vayáis hablando, ella te irá pidiendo la información si la comunicación es buena.

-         Dala toda la libertad para que haga todas las preguntas que quiera.

-         Es necesario que le inculques como fundamental el respeto a sí misma y a los demás, y que el sexo mal usado puede causar mucho daño psicológico.

-         El sexo no es un tema aparte, ni debe ser un tema tabú. Ten claro, que es otro aspecto más de la educación de tu hija.

-         Explícale que existe relación entre amor y sexo, que no tienen porque ser cuestiones separadas, aunque en el mundo de los adultos pueda ocurrir. De esta forma, sabrá interpretar sus sensaciones si llega el momento en que se enamora.

-         Llama a las cosas por su nombre y usa palabras directas, de esta forma no se crean confusiones o malentendidos.

-         Háblale de los métodos anticonceptivos, porqué usarlos, qué previenen, cómo usarlos, y si hace falta, adquiérelos y muéstrale su uso. No tengas miedo a que tu hija aprenda algo que puede ahorrarle enfermedades o embarazos no deseados.

-         En la adolescencia existe un gran sentido del pudor, por lo que respétalo y respeta también su intimidad. Los adolescentes demandan independencia y autonomía, y también es adecuado dárselo en su justa medida.

-         Hay que explicarles también que existen ciertas diferencias entre chicos y chicas y sus intereses en el sexo, en el caso de las chicas, el comienzo del interés por el sexo es más gradual y no está tan ligado a los genitales como en los chicos. A estas edades suelen estar más preocupadas por el tema de la menstruación, y en el sexo suelen interesarse por la masturbación, el coito o el orgasmo.

Por último, voy a recomendarte que te leas un artículo que tenemos en nuestra página titulado 12 consejos de cómo preparar a tu hija para su primera menstruación, te puede dar más pistas de cómo abordar estos temas. Enhorabuena por la consulta y buena suerte.

Mi pregunta está relacionada con la timidez, tengo un hijo de 6 años que considero extremadamente tímido. Cuando vamos a los parques infantiles apenas se relaciona con otros niños, se queda observando nada más. Le cuesta hacer amigos también en el colegio y es muy callado e introvertido. De momento no le hemos dado ningún hermano y no lo tenemos muy claro. ¿Qué podemos hacer para que le cueste menos relacionarse con otros niños? Rosa Mª S.

Hay niños que simplemente son más tímidos que otros o que disfrutan más realizando actividades individuales en vez de colectivas. También debemos tener en cuenta que se debe respetar el carácter que tengan nuestros hijos, el ser tímido no es ninguna enfermedad. Pero sí podemos trabajar en desarrollar la faceta social de nuestros hijos. La solución que apuntas, darle un hermano, siempre es provechosa para él, pero, por supuesto, no debéis tener un hijo exclusivamente por intentar que vuestro otro hijo desarrolle su faceta social. ¿Qué podéis hacer desde ya para mejorar su desarrollo social?:

- Nunca le obliguéis a jugar con otros niños, que no se sienta presionado. Sólo debéis facilitarle las oportunidades sociales y que sea él quien decida si relacionarse o no, pero estando siempre contento y relajado.

- Evitar las comparaciones con otros niños, amigos, familiares, etc., aunque lo que pretendáis sea que tome ejemplo. Esto puede hacer que encima se sienta un bicho raro y empeorar el asunto.

- No le colguéis la etiqueta de “tímido” y mucho menos lo andéis diciendo en público y delante de él. Esto puede convertirle en un niño verdaderamente tímido en el futuro, cuando a lo mejor ahora mismo simplemente no ha acabado de desarrollar su faceta social.

- No habléis constantemente por él o le solucionéis todo, cuando esto implique el tener que hablar o relacionarse con otras personas.

- No debéis dramatizar el asunto ni convertirlo en el objetivo principal de la vida familiar. Podemos hacer que el niño se obsesione con el tema y que llegue a bloquearse.

- Podéis hacer la prueba de apuntarle a alguna asociación de alguna actividad que le guste, grupo de scouts, apuntarle a campamentos, actividades extraescolares, etc., siempre y cuando el estar en ello no le produzca ningún temor, perjuicio o malestar.

- Potenciar todos sus aspectos positivos y hacedle ver que siempre estáis ahí para darle el apoyo que necesita.

Tened mucha paciencia, en ocasiones el desarrollo de la faceta social tarda más en unos niños que en otros, o simplemente dan el cambio en un momento determinado. Si al final acaba por ser tímido e introvertido, no ocurre nada, hay personas extraordinarias con estas cualidades, descubrirle otras que le hagan único y diferente, y dadle siempre vuestro apoyo.

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Tu Psicólogo Responde: Semana 1

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Tengo un hijo de tres años y medio, y mi marido y yo creemos que tiene terrores o pesadillas por la noche. Lleva una temporada despertándose a media noche, aunque no parece que se de cuenta del todo, muy agitado y asustado, y no sabemos muy bien cómo debemos actuar en esos momentos. Hemos oído que no hay que despertarles del todo, y nos da miedo hacer algo que le pueda perjudicar. ¿Qué podemos hacer en esos momentos?  Marta G.

Lo primero que debo aclararte es que, por lo que me cuentas, lo que tiene tu hijo son terrores nocturnos. En las pesadillas el niño está completamente despierto y se le puede tranquilizar. En vuestro caso, en los terrores nocturnos, el niño no acaba de estar despierto, sigue “desconectado” de su entorno, se puede mostrar inconsolable, y puede llegar a reconoceros pasados unos minutos o no, pero a la mañana siguiente no recordará nada, en el caso de las pesadillas si. Puede llegar a levantarse y a andar o correr, puede estar chillando, nervioso, muy agitado o con la mirada perdida.

No está aun muy claro porqué se producen, aunque hay expertos que apuntan que puede tener un factor hereditario y otros apuntan a que el niño está teniendo un problema o vivencia negativa que canaliza de esta forma.

¿Qué podéis hacer? Encender la luz y estar con él de la forma más relajada posible, intentando calmarle, se puede probar a pasarle una toallita húmeda por la cara a ver si esa sensación le devuelve a la realidad. En ocasiones se levanta, anda, corre… aquí lo mejor es que le sigáis y procuréis que no se haga daño; si acaba despertándose, le tranquilizáis y que se duerma, y si no tendréis que esperar a que se relaje y se tumbe para dormir de nuevo. Los terrores nocturnos remiten por sí solos con el paso del tiempo. No obstante, si son muy frecuentes u os dan muchos problemas, consultad al pediatra o a un psicólogo infantil. Existe una técnica llamada “Despertares programados”, que tiene un muy alto porcentaje de éxito en estos casos, pero siempre que os asesore un profesional.

Nuestro hijo de 7 años ha cogido un miedo terrible a la oscuridad, y todas las noches nos monta un “numerito” increíble porque no se quiere ir a la cama. Hemos probado a dejarle la luz encendida y eso funcionaba, pero si se despertaba y se la habíamos apagado, volvíamos con el numerito. Ahora le hemos puesto una luz pequeña que está toda la noche encendida, y eso le calma. Pero, ¿podemos hacer algo por quitarle ese miedo del todo? Gracias por anticipado. Juan A. R.

Los miedos y temores a estas edades son algo completamente normal, y el miedo a la oscuridad es uno de los temores “universales”. Los niños aprenden a una gran velocidad, pero su inmadurez les juega aun una mala pasada, y hay ciertos conocimientos que todavía no han sabido asimilar o comprender adecuadamente. ¿Cómo podemos actuar ante este miedo “irracional”? Veamos unas pautas:

  1. Hagamos de su cuarto un lugar seguro, que se sienta a salvo en él. Si estamos constantemente castigándolo en su cuarto, lo convertiremos en una especie de mazmorra, y cuando llegue la noche, su imaginación añadirá los dragones, monstruos, hombre del saco y demás.
  2. No hay que quitarle importancia al problema, para él es importante, hay que escucharle y prestarle atención, ponerse en su lugar y razonar con él el escaso fundamento de sus temores.
  3. Tened cuidado con los temores que podáis proyectar sobre él, los niños aprenden muchas cosas por imitación, así que si tenéis miedo a la oscuridad, actuar con valentía o pedir ayuda a la pareja.
  4. Tampoco es cuestión de sobreprotegerle. Es necesario pedirle algo de valentía, que vaya él delante, que se atreva a explorar, recorred con él la casa a oscuras explorando los distintos sonidos, siempre y cuando esto no le provoque mucha ansiedad.
  5. debemos ser protectores y complacientes en su justa medida, hay que tratar evitar la ansiedad en el niño, pero siempre procurando inculcarle pautas de prudencia.

Por otro lado, si no lo conseguís, tranquilos, estos miedos son evolutivos y normales; con el paso del tiempo acaban por desaparecer por sí mismos. Si fueran a mayores y dieran muchos problemas de adaptación al niño, o se generalizaran a otros miedos, acudid a un psicólogo infantil que os evalúe al niño. Buena suerte.

Tengo un hijo de 13 años que se pasa las horas muertas frente a la televisión. Hemos probado con castigos, con premios, quitando la electricidad, hablando con él, etc. Pero al final vuelve a pasarse horas frente al televisor, incluso cuando hace buen tiempo. ¿Qué puedo hacer para que mi hijo emplee su tiempo en algo que no sea estar pegado a la pantalla? Gracias. Emilia M. T.

Como todo, la televisión en exceso puede tener efectos perjudiciales en las personas. En los adolescentes puede exponerlos a imágenes que sean difíciles de comprender para su edad, puede aumentar la tendencia a actitudes violentas, favorece el sedentarismo y con ello la obesidad, hace aumentar el riesgo de desórdenes alimenticios y según algunos estudios, puede favorecer el consumo de tabaco y alcohol. Aunque no todo es malo, depende solamente de los contenidos que se vean y del tiempo que se pase delante de ella.

En tu caso, querida Emilia, es una cuestión de reorientarle en el uso de la televisión, para ello te daré unas pautas que pueden ayudarte a reconducir el uso de la tele por parte de tu hijo:

  1. Intenta ver programas con él, analiza los contenidos que ve y habla o discute con él sobre los programas que ve, resalta lo más destacado del programa y conéctalo con situaciones personales que se le hayan dado, lugares, libros, etc.
  2. No le pongas televisión (ni consola) en su cuarto.
  3. La televisión no debe estar encendida a la hora de las comidas ni en el tiempo de estudio.
  4. Pon límites al tiempo que tu hijo ve la televisión, siempre debidamente motivados y dándole razones, evitad el “porque lo digo yo”.
  5. Seleccionar con él los programas que pueda ver, que no encienda la tele para ver “que hay”.
  6. Descúbrele otras actividades que puedan motivarle como la lectura, deportes, actividades con los amigos, pasatiempos con los padres, etc.
  7. Estos consejos, pero adaptados, pueden servir si el caso es con la consola o con el ordenador.

Pero sobre todo, ten mucha paciencia y diligencia a la hora de tratar los temas con él. Recuerda que está en la adolescencia, y tratar de imponerle las cosas puede resultar contraproducente. A esta edad necesitan que se les valore y escuche, que se les reconozca su autonomía e identidad.

Hola, quería preguntar a cerca de cuáles son las pautas que se pueden seguir ante las rabietas infantiles. Tengo una hija de casi 3 años, que me monta unos numeritos en cualquier sitio y ante cualquier no que se le da. Mi pareja y yo ignoramos la rabieta, pero en la calle se hace complicado, y queríamos saber si se puede hacer algo más. Cristina R.

Estimada Cristina, estáis actuando de forma correcta, la mejor solución para las rabietas es ignorarlas, hasta que se extingan por sí solas. Tu hija está en la edad de tenerlas, y cuando alcance los 3 o 4 años irán despareciendo.

Evidentemente, vuestra hija, como todos los niños, sabe, que cuando tiene la rabieta en público, está jugando con ventaja, ya que la presión social que ejerce la situación sobre vosotros, juega a su favor. La mejor manera de actuar es ignorar, pero también es adecuado sacar a vuestra hija de esa situación, no abandonando la calma, sacarla del recinto o del lugar donde estéis, ignorar y no ceder nunca a su rabieta ni a sus pretensiones.

Cuando ya esté tranquila del todo es cuando podréis dialogar con ella, y hacedla entender que no es una manera de conseguir las cosas ni de pedirlas.

Podéis, en ocasiones, prevenir la rabieta antes de que ocurra. Si le ocurre cuando está cansada, aburrida, sobreestimulada o tiene hambre, evitar en la medida de lo posible estas circunstancias para que no se desencadene la rabieta. Una forma muy eficaz es tenerla entretenida con algo que capte su atención (juguete, libro, cuento, etc.)

El último consejo, no perdáis nunca la calma, no le gritéis, si actuáis de esta forma, solo le enseñaréis que gritar o perder los nervios es la forma en la que se debe actuar para conseguir lo que se quiere.

Si las rabietas van a más, en las que pierde el control, puede llegar a vomitar, a congestionarse en exceso, puede ser conveniente que acudáis a vuestro pediatra, con el fin de descartar otras complicaciones, y una vez descartadas, seguir con las pautas arriba indicadas hasta que remitan.

Si queréis más información sobre el tema, hay dos artículos en nuestra página que te pueden ser de utilidad:

-         Rabietas: ¿Qué hacer cuando estalla la tormenta?

-         Rabietas: 10 consejos para educar a nuestros hijos

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