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Entrevista a Yolanda Benito: Directora del Centro Psicológico y Educativo Huerta del Rey

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Doctora en Psicología por la Universidad de Nijmegen, es la Directora del Centro Psicológico y Educativo Huerta del Rey de Valladolid.

En este artículo hablamos de...

Conocemos de tu especial dedicación a los niños y muchachos superdotados, de tu labor investigadora con el tema de la superdotación, de tu labor asistencial con ellos, de tu dominio sobre la materia, por lo que aprovechamos para que nos indiques a los padres que principales características nos pueden hacer sospechar la superdotación intelectual de nuestros hijos.

¿Cuál es la edad más temprana a la que se puede averiguar y evaluar si son superdotados? ¿Es conveniente a edades muy tempranas colgarles ya una etiqueta que puede tener diversas reacciones sociales y no siempre adecuadas para el niño?

La edad más idónea para la detección es entre los 4 y 8 años. Los primeros que identifican algún comportamiento asociado a alguno de los dos casos suelen ser los padres, aunque cada vez es mayor la implicación y la participación en este momento de los pediatras, con tablas observacionales y cuestionarios.

Dos de las Recomendaciones del Consejo de Europa con respecto a los alumnos superdotados (1994) eran la Evaluación e Identificación y la Identificación Temprana. La identificación mediante una evaluación diagnóstica de estos alumnos debe ser realizada por profesional cualificado, con experiencia en estudiantes superdotados y con un gran conocimiento de psicodiagnóstico.

De la necesidad de que estos alumnos sean identificados en edades tempranas ya el Ministerio de Educación en 1997 se hizo eco al publicar, coordinar, aplicar y de esta investigación su validación científica del Proyecto de Identificación Temprana (PIT) de alumnos superdotados con base empírica (que en su primera edición se cedió gratuitamente al Ministerio por parte de los autores Yolanda Benito –Doctora en Psicología- y Jesús Moro –Doctor en Medicina-) para niños de 4, 5 y 6 años. Posibilita la detección de niños con sobredotación intelectual en clases desfavorecidas e igualmente debería ser incluido en las Escalas de Observación que manejan los Pediatras los cuales tienen un papel importante de cara a la observación del desarrollo de los niños. Este Test de Screening al igual que en España fue validado posteriormente en México, Colombia, Brasil, Rumania, Ecuador y la antigua Yugoslavia, a través de sus respectivos Ministerios y Universidades, es un método sencillo, eficaz y económico.

¿Qué recomiendas a los padres que hagan cuando sospechan que su hijo pueda ser superdotado? ¿Cuáles son los pasos más recomendables a seguir?

Los niños con superdotación intelectual no constituyen un grupo homogéneo si bien sí existen unas pautas para su identificación observables para padres, profesores y pediatras, a nivel de desarrollo motor precoz, de desarrollo del lenguaje, de aprendizaje de la lectura y escritura, de intereses, juegos, actividades…

Como hemos indicado, la edad más idónea para la detección es entre los 4 y 8 años. Los primeros que identifican algún comportamiento asociado a alguno de los dos casos suelen ser los padres, aunque cada vez es mayor la implicación y la participación en este momento de los pediatras, con tablas observacionales y cuestionarios.

Los profesores en educación Infantil empiezan ya a tener elementos para poder observar, aunque una cosa es la detección y otra es que a través de pruebas estandarizadas y pruebas fiables se haga un diagnóstico que contemple el desarrollo y proponga el programa educativo para el alumno.

¿Qué pasos han de seguir una vez detectada?

Dos de las Recomendaciones del Consejo de Europa con respecto a los alumnos superdotados (1994) eran la Evaluación-Diagnóstico y la Identificación Temprana. Según el Documento editado por el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid (2003) “el diagnóstico y el informe psicológico con las debidas orientaciones son totalmente necesarios para determinar si un niño es o no superdotado. Ha de hacerlo un psicólogo experto en superdotados”.

Las actividades extracurriculares parecen adecuadas ante estos niños, pero me cuestiono cómo podemos llegar a averiguar cuáles pueden ser las más adecuadas para cada caso, cuando son pequeños aun y todavía no tienen claras preferencias o intereses, ¿existe algún truco o nos puedes dar algún consejo?

Actividades extraescolares, como las clases de música, etc., son apropiadas para estos alumnos, al igual que para todos los niños. El talento es la capacidad de un rendimiento superior en cualquier área de la conducta humana socialmente valiosa, pero limitadas esas áreas, al mismo tiempo a ‘campos académicos’, tales como Lengua, Ciencias Sociales, Naturales y Matemáticas; a ‘campos artísticos’, como la Música, Artes Gráficas y Plásticas, Artes Representativas y Mecánicas; y al ámbito de las Relaciones Humanas. Talentosa sería una persona que muestra una aptitud muy destacada en una materia determinada. El desarrollo de un talento no depende tan sólo del nivel de inteligencia, también de una serie de circunstancias determinadas a nivel socio-cultural, creatividad, y unas características motivacionales, temperamentales y de personalidad determinada.

Desde la perspectiva de los padres, qué se puede hacer para favorecer el desarrollo emocional del niño superdotado y crear un entorno social adecuado.

Muchos padres e igualmente profesores, preguntan si se debe seguir enseñando, por el temor de que si se les enseña, se vayan a aburrir o desmotivar más en los cursos posteriores. Desde luego no hay ninguna Pedagogía que aconseje que no se deba responder a un niño cuando pregunta. Está claro que ningún niño debe ser inhibido en su desarrollo ni aprendizaje, y el que aprenda más rápido no debe ser tomado como un problema.

La enseñanza debe ser dirigida siempre a la zona de desarrollo próximo. Esta zona es simplemente la distancia existente entre lo que el niño puede realizar independientemente y por él mismo y a donde puede llegar con la ayuda de adultos o compañeros más adelantados. Vygotsky sostiene, a su vez, que los niños más inteligentes tienden a tener una zona de desarrollo más amplia.

¿Cómo podemos saber cuál es esa zona de desarrollo próximo?

Cuando un niño pregunta algo, es que tiene suficiente madurez para ser respondido. Pero mejor que responder a sus preguntas, es enseñarle a pensar. Watson propone algunos ejercicios para ayudarles a pensar a cerca de su pensamiento: “metacognición”. Como ejemplo nos dice, que si el niño está leyendo un libro, podemos comenzar haciéndole preguntas sobre el argumento del libro, posteriormente, sobre los personajes, y en tercer lugar, preguntándole por terminaría el libro si el autor no pudiera hacerlo. Un objetivo más elevado de pensamiento es preguntarle sobre su propio pensamiento: “¿qué te hizo pensar eso?” y a un nivel más sofisticado, pedirle a los niños que justifiquen el pensamiento, que sean capaces de observar qué hay detrás de sus ideas o acciones. Esto requiere poseer las estructuras de análisis de pensamiento anteriores más la capacidad de proyección y deducción.

Por lo que se, los niños superdotados pueden tener trastornos sociales y emocionales asociados, algunos de ellos pueden provenir de un entorno y unas reacciones sociales inadecuadas, o incluso de una mala adaptación social del propio niño. ¿Qué podemos hacer ante esta problemática y cuál es la mejor manera en que podemos ayudar al niño?

Tal y como hemos indicado, los niños con superdotación intelectual no constituyen un grupo homogéneo, algunos no presentan problemas de inadaptación pero hay otros que presentan trastornos emocionales, inadaptación escolar y/o social.

Existe una amplia investigación al respecto a la hora de reconocer las necesidades educativas de los niños con superdotación intelectual en las poblaciones especiales: mujeres con sobredotación intelectual, alumnos superdotados con trastornos asociados, alumnos superdotados con fracaso escolar:

–          En el caso de las mujeres, dado que parece que están adaptadas, esto juega en su contra para la incorporación a algún tipo de programa.

–          En el caso de los alumnos con trastornos asociados, estos están infraatendidos e infraestimulados. No se trabaja simultáneamente en su sobredotación y en su trastorno.

–          En el caso de los de fracaso escolar, se vuelve un círculo cerrado pues se espera que saquen buenas notas.

La situación se agrava con niños superdotados que viven en familias de nivel cultural bajo. No comprender al niño es entonces muy perjudicial, pero el hecho de que observe que sus padres no pueden comprenderle es mucho peor. La elección que debe hacer para identificarse con alguien es entonces de todas formas insatisfactoria ya que estará ante una cruel alternativa: o bien elegir permanecer solidario con su familia renunciando a ser brillante, o bien optar por un desarrollo brillante seguido de un riesgo de desarrollar un sentimiento de culpabilidad. En esta situación, es muy necesario que el niño y sus padres sean ayudados para preservar el equilibrio afectivo e intelectual del niño así como la armonía familiar.

El caso de los alumnos superdotados con trastornos asociados, el caso de los alumnos con fracaso escolar, suponen un importante reto que de forma conjunta escuela-familia se debe resolver.

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