¿Qué es el estreñimiento?

El estreñimiento lo podemos definir como una disminución en la frecuencia de emisión de heces, que suelen ser duras y escasas, y requieren esfuerzo para su emisión, ocasionando con gran frecuencia dolor.

Es difícil establecer cual es el número normal de deposiciones, ya que depende de cada niño y guarda mucha relación con la edad del mismo. Así, por ejemplo un recién nacido que toma lactancia materna puede realizar una deposición tras cada toma o sólo dos deposiciones al día y ambos casos se consideran dentro de la normalidad. A la hora de decir si un niño es estreñido o no, no sólo debemos tener en cuenta el número de deposiciones, sino también otros datos, como consistencia, esfuerzo etc.

¿Por qué está estreñido?

En los niños no suele deberse a problemas importantes en la mayoría de los casos. Por eso, hablamos de estreñimiento funcional o idiopático, es decir que no existe ninguna enfermedad de base que lo produzca.

Son varias las causas que intervienen en el estreñimiento, pero sobre todo se debe a que el niño:

–      lleva una alimentación con escaso contenido en fibra y con exceso de alimentos refinados y ricos en proteínas

–      ingiere pocos líquidos

–      es sedentario

–      no ha adquirido un correcto hábito de ir al baño todos los días

Además, a todo esto se pueden añadir causas psicológicas o situacionales que aumentan o perpetúan el problema, como la retirada del pañal, empezar el colegio o la guardería etc.

En el niño estreñido se establece un círculo que perpetúa el problema. Se produce una retención de heces de mayor consistencia, que requieren mayor esfuerzo par su eliminación y producen dolor. El niño por el miedo al dolor sigue reteniendo las heces, que pierden agua y se hacen aún más duras. El intestino se va dilatando y cada vez se necesita un volumen mayor de heces para que el niño sienta la necesidad de defecar.

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 Complicaciones del estreñimiento

–     Abdominalgias: episodios recurrentes de dolor, que se producen por la retención de heces y aire. Pueden ser intensos y además acompañarse de vómitos.

–      Fisuras: son heridas en la región anal que producen dolor y sangrado al realizar la deposición.

–      Encopresis: son escapes involuntarios de heces en niños que ya lo controlaban. Estos niños tienen pérdidas de heces de aspecto líquido que se pueden confundir con una diarrea. Pero estas pérdidas se producen por rebosamiento por encima de las heces duras retenidas.

¿Cuál es el tratamiento?

En el tratamiento del estreñimiento se requiere paciencia y constancia por parte de los padres, ya que la mejoría no suele ser inmediata y además se debe mantener durante mucho tiempo. El tratamiento se basa fundamentalmente en cambios en la alimentación y en la reeducación del hábito intestinal.

1. El primer paso es el tratamiento de cualquier lesión que exista en la región anal, con una adecuada higiene de la zona y aplicando pomadas cicatrizantes o antiinflamatorias (tipo corticoides).
2. Deben beber abundante agua y tomar una dieta rica en fibra, ya que ésta ayuda a formar heces más blandas y favorece el movimiento del intestino. Los alimentos más ricos en fibra son las verduras, las frutas enteras, las legumbres y los cereales, sobre todo integrales.
3. Reeducar el hábito intestinal, es decir acostumbrarlos a ir al baño. Los niños mayores que ya no usan pañal deben sentarse en el baño todos los días, aunque no tengan ganas, a la misma hora, y generalmente, después de una comida principal, durante al menos 10-15 minutos. Debe encontrarse cómodo, por lo que es recomendable un adaptador para el inodoro en los más pequeños, y un alza para poder apoyar los pies y ejercer presión abdominal.
4. Laxantes, su uso debe ser indicado por el pediatra cuando las medidas anteriores no sean suficientes. La elección del laxante se realiza en función de la edad del niño, su peso y el grado de estreñimiento. El tiempo de tratamiento es variable pero suele ser entre 3 y 6 meses. Es habitual que haya recaídas si se retira el tratamiento antes de tiempo.