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Curar heridas en niños ¿sabemos lo que tenemos que hacer?

Curar heridas en niños

 

Vamos a describir cual es la forma correcta de curar heridas en niños y cómo hacer una buena limpieza y desinfección mediante el uso del antiséptico adecuado.

En primer lugar tenemos que valorar qué tipo de herida tenemos y si únicamente requiere una sencilla cura, o por el contrario necesitamos la valoración de un profesional. En principio, las heridas que podemos curar fácilmente en casa, son las típicas erosiones superficiales que se hacen nuestros hijos mientras juegan. Si la herida presenta sangrado abundante, o un corte menos superficial, deberíamos acudir a nuestro centro de salud para que sea valorada, por si necesitase puntos u otros tratamientos.

Nos vamos a centrar en la cura de erosiones superficiales, que todos nos hemos hecho en nuestra infancia y que precisan unos cuidados mínimos, fundamentalmente orientados a evitar la infección y a facilitar la cicatrización.

photo credit: isafmedia

 

Curar heridas en niños: objetivo prevenir la infección

Toda nuestra atención va a ir enfocada a la prevención de la infección y a favorecer la cicatrización. La infección puede estar causada por microorganismos que viven en el medio ambiente y que entran en contacto con nosotros al producirse la herida, y también por gérmenes que habitualmente viven en nuestra piel y que aprovechan la ocasión para colarse.

Recordemos que al producirse una herida perdemos la barrera natural de nuestra piel contra la infección. Por eso es muy importante hacer una buena cura para evitarla, ya que una infección puede retrasar o impedir la cicatrización de la piel e incluso producir problemas más graves en la zona de la herida o en forma de infección generalizada.

 

Atención inicial

Cuando nuestro hijo viene a buscarnos (muchas veces llorando), porque se ha caído y hecho una herida, nuestra primera misión como padres es tranquilizarle para que nos deje explorarle para ver qué es lo que le ha pasado y curarle adecuadamente. Es importante que hagamos partícipes a nuestros hijos de todo el proceso de curación, para que se acostumbren desde pequeños a ver sus heridas y aprendan a cuidarse de sí mismos y curarse ellos cuando sean un poco más mayores. Supongo que en mi caso es deformación profesional, pero en cuanto me hago alguna herida ya tengo a mis niñas encima para verla y ayudarme a curarla.

 

Material necesario para hacer la cura

Para curar heridas en niños es recomendable que tengamos en nuestras casas gasas, suero fisiológico de lavado, antiséptico y apósitos por si es necesario taparla.

 

Un buen lavado es fundamental

Una vez que el niño se ha tranquilizado, vamos a ver qué tenemos que hacer. Si la herida sangra un poco, podemos presionar con algo limpio durante unos minutos, con el fin de que ceda el sangrado y podamos hacer la cura. La parte más importante de la cura y en la que tenemos que prestar más atención, es la limpieza de la herida. Recordemos que cuando nos caemos al suelo o nos golpeamos con algo, nuestra piel pierde su integridad y con ello, perdemos nuestra barrera de protección de nuestro organismo frente a la entrada de microorganismos, que nos pueden causar infección.

Además, estas heridas no suelen ser limpias, ya que nuestros hijos normalmente se las hacen en el parque o en la calle, con lo que la posibilidad de infección aumenta al ser zonas muy contaminadas. Con el lavado no sólo eliminamos microorganismos, sino también restos de arena o suciedad que pueden entorpecer la cicatrización de la herida.
Por todo ello, debemos hacer hincapié en un lavado correcto. Previamente deberemos lavarnos nosotros las manos, con el objetivo de evitar contaminar más la herida. El lavado se puede hacer con suero fisiológico o con agua del grifo, templados, ya que su misión es eliminar por arrastre todos aquellos gérmenes que contaminan la herida. Podemos ayudarnos para el lavado de un jabón suave y frotar suavemente la herida durante unos minutos hasta eliminar toda la suciedad. Después aclararemos con suero fisiológico.

 

Una vez limpia, una buena desinfección

Si ya tenemos nuestra herida limpia y reluciente, es el momento de aplicar un buen antiséptico. Los antisépticos nos ayudan de dos maneras: por un lado eliminan las bacterias y virus que hayan podido quedar en la herida a pesar del lavado, y por otro lado suelen tener un efecto residual que evita que se contamine la herida durante las horas siguientes a haberse producido.
Ya os hemos contado la gran variedad de productos que existen para desinfectar heridas y cómo elegir el más adecuado. Debemos aplicar el antiséptico mediante una gasa, a ser posible estéril, y siempre de la siguiente manera: empezamos por el centro de la herida y continuamos hacia los bordes. De esta forma no metemos gérmenes desde la periferia de la herida (zona más contaminada), hasta el centro (zona menos contaminada). También debemos impregnar de antiséptico la zona alrededor de la herida.
Hay que evitar antisépticos como el alcohol que pueden desecar la herida, son dolorosos y favorecen la infección debajo de la costra que se forma. Yo para este tipo de heridas os recomiendo la Clorhexidina ya que es incolora, no irritante, no se inactiva en presencia de sangre, no daña el tejido de granulación y tiene un efecto residual de 6 horas. Una vez aplicado el antiséptico, lo dejaremos secar al aire y daremos por concluida la cura.
¿Cuanto tiempo hay que usar el antiséptico? En este tipo de heridas lo habitual es aplicarlo 2 veces al día durante 24-48 horas, momento en que aparece el tejido de granulación.

 

Curar heridas en niños ¿Herida tapada o destapada?

Normalmente las pequeñas erosiones no es necesario taparlas, aunque si hay riesgo de que pueda entrar suciedad en la herida, podríamos taparla durante el rato que esté el niño jugando, para evitar que se le pueda volver a contaminar.

 

¿Y cuándo debemos acudir a un profesional?

Acudiremos siempre que la herida sea grande, con bordes separados, perdida de tejido, sangrado abundante, o herida que presente los clásicos signos de infección: dolor, enrojecimiento de la zona, aumento de la temperatura o hinchazón de la zona y exudado purulento.
Y no olvides que a un niño lo que más le gusta cuando le curan la herida es que se lo hagan con cariño. Recuerdo que cuando era pequeño me encantaba que me soplaran la herida y que me dijeran eso de: «cura sana, culito de rana, si no se cura hoy, se curará mañana».

 

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